miércoles, 4 de abril de 2012

Cultivo de pimientos eco.


A la hora de cultivar esta planta, es necesario saber que el pimiento necesita mucha luz, por lo que se debe plantar a pleno sol. Se trata de una planta que no soporta las heladas y que exige un clima cálido o templado. De hecho, en otoño e invierno sólo es posible criarlo en invernaderos.
La temperatura mínima para germinar y crecer es de 15ºC y para florecer y fructificar mínimo 18ºC. Las temperaturas óptimas oscilan entre 20 y 26ºC. Por lo que deberás protégelos del frío que traen los vientos del Norte.
Si se dan bajas temperaturas durante la floración, entre 10-15º C, se originan anomalías en las flores, dando lugar a frutos pequeños y con deformaciones. En las zonas más frías no está de más proteger los plantones con campanas o túneles de plástico, para asegurar un calor suficiente hasta que la temperatura aumente.
La humedad relativa del aire óptima oscila entre el 50-70 %. Si la humedad es más elevada, origina el desarrollo de enfermedades en las partes aéreas de la planta, y dificulta la fecundación y si la humedad es demasiado baja, durante el verano, con temperaturas altas, se produce la caída de flores y frutos recién cuajados.
Los suelos más adecuados para el pimiento son los sueltos y arenosos (no arcillosos, ni pesados), profundos, ricos en materia orgánica y sobre todo con un buen drenaje. Los suelos encharcadizos y asfixiantes favorecen el desarrollo de hongos en raíces y la pudrición consiguiente de éstas.
Se siembra en semillero a cubierto, en febrero-marzo, a una profundidad de 2-3 mm... Evita plantar las semillas muy juntas porque provoca el desarrollo de plantitas débiles y usa vasitos individuales, o mejor, bandejas de alveolos, estos germinarán entre 8 y 20 días después.
A los dos meses de la siembra, cuando las plantitas tienen más de 15 cm de altura, con 5 ó 6 hojas, plántalas en líneas, separadas unos 40-50 cm. entre plantas y de 60-70 cm. entre líneas. Pero antes de plantar, debes cavar la tierra para airearla y aportar 3 kilos/m2 de compost, estiércol o humus de lombriz.
Se trata de una hortaliza muy sensible al frío. Por ello, en las zonas de clima continental hay que esperar hasta bien entrada la primavera para poder plantar al aire libre, cuando haya desaparecido el riesgo de heladas.
Tras el trasplante, algunas variedades admiten una poda de la yema central, con el fin de que emitan varias ramas laterales y la planta adquiera un gran volumen.
Su cultivo no debe repetirse en el mismo terreno ni tras otras Solanáceas como tomates, berenjenas o patatas porque comparten las mismas enfermedades producidas por hongos del suelo, como la "Tristeza del pimiento", lo que hace imprescindible la rotación de cultivos.
En cuanto al riego, este debe ser moderado y constante en todas las fases del cultivo, a pesar de que aguantan bien una falta puntual de agua. El riego por goteo resulta ideal. Por aspersión, no, porque mojando las hojas y frutos se favorece el desarrollo de hongos.
En cuanto las plantas han alcanzado un cierto grado de desarrollo, es necesario ponerles tutores, para evitar, tanto que se tumben, como que se rompan los tallos, muy quebradizas en los nudos, debido al peso de los frutos. Se pueden usar cañas.
En los invernaderos se disponen hilos de rafia horizontalmente y otros verticales que es por donde se va liando la planta conforme va creciendo y así alcanzar 2 m. o más de altura.
La poda en el pimiento se hace para delimitar el número de tallos con los que se desarrollará la planta (normalmente 2 ó 3). El esquema es: un tallo principal erecto a partir de cierta altura ("cruz") émite 2 o 3 ramificaciones (dependiendo de la variedad) y continua ramificándose hasta el final de su ciclo (los tallos secundarios se bifurcan después de brotar varias hojas, y así sucesivamente).
En cuanto las plantas ramifican, se poda para dejar esas 2 ó 3 ramas principales, quitando también las hojas y brotes que queden por debajo de la cruz. Se irá efectuando también la eliminación de las hojas que empiecen a secarse, o de aquéllas que presenten algún síntoma de enfermadad. Al final del ciclo productivo, se puede hacer un despuntado de las plantas, y aclareo de hojas, para facilitar la maduración de los frutos que quedan.
Un sola planta puede producir de 12 a 15 frutos durante la temporada de cosecha, de junio a septiembre. No son necesarias muchas matas para cubrir las necesidades familiares, y la época de recolección dependerá de la variedad, siembra y clima. Va desde finales de Junio hasta octubre-noviembre. Las precoces estarán listas den 50-60 días después del trasplantes y las tardías requieren 3 meses.
Pueden recolectarse en verde, cuando ya han alcanzado el desarrollo propio de la variedad, justo antes de que empiecen a madurar. Si se quieren coger maduros, y son para el consumo inmediato, o para conservarlos asados, se cosechan nada más hayan tomado color, pero si se van a destinar para condimento (pimientos secos), deben dejarse madurar completamente, conservándolos luego colgados en un lugar seco. Si se recogen los pimientos cuando todavía están algo verdes, la planta tenderá a desarrollar otros en su lugar, con lo que la cosecha aumentará. Los frutos se cortan con tijeras con el rabillo de 2 ó 3 cm..
Una vez recogido el fruto, este se estropea relativamente rápido y en fresco se conservan de 20-30 días a 0ºC.
Producción de semillas: El pimiento es una planta hermafrodita, de ciclo anual. Para recolectar la semilla se dejarán los frutos de plantas sanas y fuertes hasta su total maduración. Una vez extraídas las semillas, y bien limpias, se extenderán hasta que queden secas y se guardan. La duración de su poder germinativo es de 3 a 4 años.
Publicado en RED PERMACULTURA.

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