viernes, 9 de marzo de 2012

Abonos verdes.


CONSIDERACIONES GENERALES: La especie elegida para utilizarla como abono verde, tiene que desarrollarse como una cosecha secundaria entre las cosechas principales, y, por lo tanto la práctica está especialmente recomendada en regiones donde los inviernos son suficientemente suaves y húmedos como para permitir el crecimiento de un cultivo durante ese período.
No tiene que competir con la cosecha principal de modo alguno, y en particular por agua, o sea que esta práctica no es utilizable en zonas áridas.
Por ello, regiones que tienen un período de desarrollo largo, tales como las regiones de inviernos suaves y con lluvia bien distribuida, o sistema de riego adecuado, son las más aptas para la utilización de esta técnica.
La práctica es beneficiosa en las regiones tropicales y subtropicales húmedas, y en los huertos frutales cuando la época de crecimiento se extiende al período de reposo de los árboles, es recomendable también donde se cultiva algodón y maíz.
Los abonos verdes pueden ser particularmente útiles en suelos salinos, porque en comparación con el barbecho, reducen la evaporación de la superficie del suelo y, por ello, su contenido salino, pues absorben al agua del subsuelo y sombrean la superficie. Además cuando se entierran, sus residuos contribuyen a incrementar la asimilabilidad del fósforo, oligoelementos y su descomposición libera dióxido de carbono (CO2) que disminuye el pH, lo que mejora las condiciones para el cultivo siguiente.
Las leguminosas que se utilizan como abono verde es porque aumentan las reservas de nitrógeno del suelo, si embargo, estas plantas normalmente crecerán en forma adecuada y fijarán nitrógeno suficiente para hacer que su cultivo valga la pena, si el suelo contiene cantidades adecuadas de Ca (calcio), P (fósforo) y K (potasio) y S (azufre).
El N liberado durante la descomposición del abono verde sólo beneficia a la cosecha siguiente si está lo suficientemente desarrollada como para absorber el N inmediatamente después de liberado y antes que el NO3- producido se pierda por lixiviación del suelo, período bastante corto, particularmente en suelos ligeros bajo condiciones templadas y húmedas, pues las proteínas de las plantas verdes se descomponen rápidamente.
Por el contrario, la cosecha principal no deberá sembrarse demasiado pronto después de enterrado el abono verde, pues el período que dura la primera etapa de la descomposición es muy desfavorable para la germinación y para el desarrollo de las plántulas.
Los abonos verdes pueden ser relativamente ineficaces por 2 razones:
1) Dado que los materiales incorporados son rápidamente descompuestos y por lo tanto su efecto sobre la agregación del suelo es casi nulo.
2) Al añadir al suelo un residuo de muy fácil descomposición (relación C/N estrecha) se estimula en tal forma a los microorganismos del suelo que éstos no sólo degradan el material agregado, sino que atacan las formas más estables de materia orgánica, pudiendo llegar a producir disminuciones en los contenidos de materia orgánica del suelo tratado.

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